Perder por poco

Se está dando últimamente que en diversos campos de la actualidad, el perder por poco se ve casi casi como una victoria. En política o en eventos deportivos por ejemplo, si la derrota es por poco, o ahí nomás,  si bien la sensación de derrota existe, se ve pronto aliviada por una demostración unánime de comprensión y hasta felicitación, donde el orgullo emerge como valor final. Perdiste, pero no perdiste, porque dejaste todo.

¿Por qué dejaste todo, o por qué fue por poco? ¿Existe la misma benevolencia si es casi por goleada?

La otra pregunta es si existe el perder por poco también en los negocios. La goleada es considerada catastrófica seguramente en cualquier negocio … pero… se puede justificar, en la evaluación de una administración de un negocio, qué “lo intentamos” si perdimos por poco?

Habría que entender si esa pragmática paciencia que se tiene hoy a los perdedores en muchos ámbitos, aplica para los negocios puros. Balancear la comprensión vs la presión del querer más. Y sobre todo poder tener la posibilidad de que “pese” el esfuerzo, aún si sin el resultado logrado.

En un mundo donde los números mandan, parece una tarea casi imposible. Casi, porque en el fondo detrás de esos números hay seres humanos: gente que debe aprender a perder para luego poder ganar – y como en política o en el fútbol, seguramente se tendrá la posibilidad de revancha.

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Diego Regueiro

Director Ejecutivo
www.marketingyestrategia.com


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